Las cargadoras frontales requieren de mantenimientos que pueden realizar por cuenta propia para que operen de forma segura, eficiente y aumente su vida útil y productividad. Si no se procuran, los desgastes prematuros en los componentes no solo pueden comprometer su funcionamiento, también aumentarán los riesgos para los operadores. Descubran cómo mantenerlas adecuadamente en esta publicación.
Importancia de la capacitación
Antes de dar mantenimiento a las cargadoras, es importante que los operadores estén capacitados, inclusive si tienen experiencia utilizándolas. Una crítica usual de los fabricantes es que los operadores no se percatan de que los equipos actuales han cambiado considerablemente y los usan igual que hace décadas. Deben mantenerse actualizados pues ese error deriva en averías y riesgos.
Además de la capacitación con ayuda de expertos, es indispensable que los operadores se familiaricen con el manual del fabricante. En él se indican las medidas adecuadas que deben seguir al manejar las cargadoras y son descritos métodos para que los usuarios puedan aumentar su comodidad y productividad. Considerar consejos adicionales de expertos es igual de mucha ayuda. Para un mantenimiento adecuado les recomendamos lo siguiente.
Consejos de mantenimiento
Es posible que tengan las mejores intenciones, sin embargo, por descuido, exceso de ocupaciones o falta de disciplina pueden no ser constantes en las labores de mantenimiento. La solución es establecer un programa y mantenerse apegado a él. No importan las actividades que tengan que realizar, deben respetar la fecha fijada.
A algunos les costará trabajo al principio, sin embargo, si se apegan al programa convertirán el mantenimiento en un hábito. Otro beneficio es que pueden hacer una lista de inspecciones para no omitir ninguna verificación importante.
Mantener un registro de mantenimiento
Una vez creado el programa y fijadas las fechas, úsenlo para llevar a cabo un seguimiento de las revisiones antes y después de usar el equipo. Registren cualquier labor de mantenimiento realizado ya que la información recopilada puede ser útil al reparar daños mayores o para determinar medidas preventivas.
Calentar antes comenzar operaciones
Cuando un deportista no realiza calentamientos antes de una competencia es probable que termine lesionado. Lo mismo ocurre con una cargadora frontal. Es importante que sea calentada antes de usarla de acuerdo con las instrucciones del fabricante. De esta manera el aceite puede entibiarse, lubricar y viajar mejor que cuando está frío. Para lograr un rendimiento completo es importante ser pacientes y aguardar a que los ejes y el sistema hidráulico se calienten al comenzar a operar la pala cargadora.
Verificar y cuidar cazos e implementos
Es inevitable que los cazos sean golpeados mientras son utilizados, por ello su mantenimiento es crucial. Lo mismo aplica para los implementos. Son quizá las piezas más importantes de las cargadoras por tal motivo, utilícenlos con prudencia y manténganse atentos a la manera en que son manipulados. Las palas convencionales tienen un rango de visibilidad reducido por lo que la atención plena es difícil. Por fortuna, las de Avant al igual que los minicargadores permiten una vista de 360° y ayuda a que los operadores estén contantemente alertas.
Si los cazos no son engrasados con regularidad, las probabilidades de que el pasador delantero se deteriore aumentan. Se recomienda el uso de elementos antidesgaste, por ejemplo, protectores de cuchilla (diseñados para hacer más fácil el cambio de dientes), laterales, de fondo laterales, patines, etcétera. Las placas frontales también deben remplazarse o girarse con regularidad para prolongar su vida útil.
Los accesorios como las horquillas, niveladores, entre otros que pueden adaptarse a las cargadoras frontales deben ser mantenidos con regularidad. También deben incluir en su programa mangueras, cilindros de inclinación y elevación y pasadores de fijación.
Revisar los neumáticos
Son varios los factores que pueden provocar fallos o desgastar prematuramente las llantas. Uno de los más comunes es provocado por los operadores que las giran sin utilizar los bloqueos para asegurar que la potencia se distribuya equitativamente a las dos delanteras y no solo a una. Otros daños pueden ser causados por el uso de piezas inadecuadas o la superficie en la que son manipuladas las cargadoras. Por ejemplo, las superficies terrosas demandan un patrón de tratamiento de tracción y mayor agresividad que las de concreto.
Otro factor que provoca desgaste excesivo es una inflación inadecuada. Si hay una presión baja en los neumáticos radiales el calor se acumulará y se sobrecalentarán. La pared lateral tiene que mantenerse siempre rígida. De no ser así, su compuesto de caucho se degradará y tendrán que remplazarse de forma prematura. Las fugas son también fuentes de deterioro. Revisen el borde y la banda de rodadura con regularidad. Eviten gastos adicionales o riesgos de seguridad con revisiones diarias de las llantas.
Apagar adecuadamente
Si los motores diésel de las cargadoras frontales no funcionan en ralentí y no son enfriados dos o tres minutos antes de ser desactivados, el turbo continuará girando con rapidez pero el aceite no será dirigido al turbocompresor. Como resultado obtendrán un desgaste costoso e innecesario, sobre todo porque los rodamientos pueden operar en seco sin inconvenientes.
Revisar fluidos y filtros
El fluido y aceites del motor deben revisarse con regularidad. Revisen las recomendaciones del fabricante y posteriormente utilicen varillas de medición. También deben verificar las condiciones de los filtros y remplazarlos si presentan desgaste para que el motor opere adecuadamente.
Considerar las condiciones de operación
Las condiciones de funcionamiento deben incluirse en el programa de mantenimiento. Si las cargadoras se usan en ambientes hostiles y por amplios periodos, es necesario un mantenimiento más intensivo. Se recomienda solicitar el respaldo de un asesor para que les recomiende un ciclo en función de las particularidades de su aplicación.
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